Maturana es el primer científico que desde su hacer como tal explica el amor. En su propuesta, el amor no es una cualidad o un don, sino que como fenómeno relacional biológico, consiste en las conductas o la clase de conductas a través de las cuales el otro, o lo otro, surge como un legítimo otro en la cercanía de la convivencia, en circunstancias en que el otro, o lo otro, puede ser uno mismo. Esto, entendiéndose que la legitimidad del otro se constituye en conductas u operaciones que respetan y aceptan su existencia como es, sin esfuerzo y como un fenómeno del mero convivir. Legitimidad del otro y respeto por él o ella, son dos modos de relación congruentes y complementarios que se implican recíprocamente. El amor es un fenómeno biológico propio del ámbito relacional animal, que en los mamíferos aparece como un aspecto central de la convivencia en la intimidad de la relación materno-infantil en total aceptación corporal. De acuerdo a Maturana, nos enfermamos al vivir un modo de vida que niega sistemáticamente el amor.
Maturana sostiene que el proceso terapéutico es siempre el mismo, cualquiera sea la forma de la psicoterapia, y que se obtiene cuando el terapeuta logra, mediante su interacción con el paciente, guiarlo, conducirlo inconscientemente, en el abandono de la negación sistemática de sí mismo y del otro, y en la recuperación de la biología del amor como la manera o hilo central de su vivir.
Conversaciones sobre biología sistémica
Entrevista a Humberto Maturana por Claudio Des Champs y Fernando Torrente, publicada en Redsistemica.com.ar
En un momento en el que la biología se asimila a los progresos sorprendentes de la tecnología —citemos para el caso los deslumbramientos mediáticos de la genética o el avance arrollador de la psicofarmacología en nuestro campo—, Humberto Maturana, el reconocido biólogo y pensador chileno propone una visión sin duda diferente.
En esta entrevista(*), con su fluir característico, recorre temas tales como su concepción personal acerca de la biología, la dinámica de las relaciones sociales y el impacto de la tecnología sobre las mismas.
Perspectivas Sistémicas (PS): ¿Cuál es, según su punto de vista, la evolución de los problemas de la epistemología, la psicología y la psicoterapia?
Humberto Maturana( H.M.) : No sé qué rumbo tendrá la terapia en el futuro. Yo pienso que la terapia funciona, esencialmente, de una manera que yo llamo la biología del amor.
O sea que hay distintas formas de aproximarse a lo mismo.
Estas formas irán mutando de acuerdo a los cambios en los modos de vida, que implica, entonces, la necesidad de ir cambiando los espacios de reflexión, el modo de aparecer de los problemas; de la misma manera, en psiquiatría van cambiando las enfermedades psiquiátricas con la historia.
PS: ¿Qué piensa Ud. de la creciente tendencia a utilizar drogas, por ejemplo, los psicofármacos?
HM: Los psicofármacos pueden ayudar a resolver ciertos problemas, cambian un poco la situación de la persona pero no los resuelven porque los problemas son relacionales. Entonces, habrán oscilaciones en muchas direcciones pero lo central es la biología del amor.
PS: En relación a la biología del amor, la biología actual tiende, cada vez más, a modelos ahistóricos, con un gran énfasis en la genética, la idea de que hay muchos comportamientos prefijados. Ud. tiene la idea de una biología interaccional, historizante, en el sentido de que las interacciones construyen en el tiempo real nuevas construcciones.
¿Podría desarrollar estas diferencias en cuanto al modo de entender la biología?
HM: La diferencia es fundamental porque, en muchos aspectos de la interpretación o intento explicativo de los fenómenos biológicos, se pone mucho énfasis, como Ud. señala, en la noción de determinismo genético que, a su vez, va acompañada de la noción de predeterminismo. Pero las situaciones son distintas porque el predeterminismo implica que la condición inicial determina el desarrollo ulterior o el futuro y eso nunca sucede. Incluso en el desarrollo y transformaciones biológicas del ser vivo, lo que hay es un fenómeno de epigénesis. Siempre. Es decir, el organismo va surgiendo en una historia.
Ahora bien, si las condiciones iniciales se repiten, si se repite el fluir histórico de las interacciones, las transformaciones se van a parecer o van a ser las mismas. Pero el fenómeno es siempre una epigénesis. Entonces, todo este enfoque que enfatiza el determinismo genético a mi me parece inadecuado. La terapia no funcionaría bajo las condiciones del determinismo genético. Si la terapia funciona, es justamente porque no hay un determinismo genético, ni un predeterminismo. Las condiciones genéticas constituyen la estructura inicial del organismo, el fundamento para el desarrollo, la epigénesis, pero no determina el curso de la epigénesis porque este va surgiendo como un fenómeno histórico. Yo pienso que ese enfoque determinista y predeterminista es un error y va a ser, eventualmente, abandonado. Esto no quiere decir que yo esté negando los fenómenos de la genética. Digo que el predeterminismo genético no es un fenómeno de la genética sino que es una opinión de la genética.
PS: En lo que Ud. llama la biología del amor, ¿qué características ahistóricas o fijas habrían, es decir que se repiten en las interacciones y qué, de la biología del amor, cambia con la historia?
HM: Cuando yo hablo de la biología del amor estoy haciendo referencia a las características estructurales y, por lo tanto, genéticas, de los seres humanos en particular, que especifica la naturaleza de su historia como posibilidad, especifica el tipo de historia que pueden vivir.
Eso trae consigo el que en el presente dinámico la identidad humana no sea fija, porque no está determinada ni predeterminada genéticamente sino que hay una dinámica sistémica de configuración del ser humano que pertenece a una conservación de esta condición amorosa.
Por supuesto que esto puede cambiar con la historia. Si la dinámica sistémica que conserva el ser amoroso no se mantiene va a derivar en otra dirección y la biología va a cambiar y el destino del homo sapiens seguirá un curso distinto del que ha exhibido hasta ahora. Pero cuando yo hablo de la biología del amor hago referencia por un lado, a la constitución básica que hace posible que seamos una clase particular de animales y por el otro lado, a la dinámica sistémica de la convivencia humana que conserva eso como una condición central para vivir. Porque para nosotros, los seres humanos, es una condición central esta relación de realización en el seno de un espacio humano acogedor. Ahora, surge otra cosa, por ejemplo, cuando se habla de una conducta psicopática, en el fondo es un ser humano distinto. Es un homo sapiens de otro clase.
PS: Gianfranco Cecchin planteaba que las sociedades necesitan estas desviaciones para autorregularse y que, en realidad, lo que consideramos patologías son desviaciones de la norma por medio de las cuales, la misma cultura se autorregula y que la terapia, sería una forma de reenviar a esta cultura central, normatizada, los mensajes de estas desviaciones. Estos serían los bordes de una curva normal. Estos mensajes son los que permiten cambiar al conjunto y al concepto de normalidad.
HM: Creo que es una bonita idea pero yo no lo veo así. Creo que hay una cierta variabilidad que corresponde a la diversidad posible desde la condición fundamental y que lo que se conserva como el modo central del vivir de una comunidad es un fenómenos sistémico. Entonces, estos extremos son variaciones y pueden servirnos, desde luego, para darnos cuenta hacia dónde nos podemos desviar; pero la conservación del modo central de vida es un fenómeno sistémico, dinámico en el cual lo que se conserva se va constituyendo y conservando en el vivir.
En ese proceso podemos tomar esas desviaciones como oportunidades para la reflexión o como situaciones para ser negadas. En la historia de la humanidad han pasado ambas cosas.
Para que las desviaciones de las que Cecchin habla sean mensajes, esta conservación de la normalidad tiene que ser esta dinámica sistémica de la que hablo. Porque para que algo sea mensaje tengo que leerlo como tal. Nada es un mensaje en sí. De modo que si yo veo a estas desviaciones como mensajes, quiere decir que me invitan a la reflexión; pero si los veo como desviaciones entonces no me invitan a la reflexión sino que me invitan a la negación.
PS: Cecchin decía, precisamente, que en un tipo de terapia, la terapia reflexiva, y en algunos casos, la función de la terapia sería esta interpretación de esos mensajes sin sentido; el proceso ético, reflexivo de la terapia sería obtener este insight, que estas desviaciones puedan ser retraducidas en mensajes de posibilidades nuevas en lugar de desviaciones a reducir.
HM: Como yo no hago terapia, yo no puedo reflexionar en esa dirección.
Yo pienso que la terapia es una tarea que tiene que ver con las personas en tanto que ellas resuelven sus conflictos (consultan porque tienen conflictos y, a su vez, tienen conflictos porque tienen emociones encontradas en su vivir), esto las reincorporará en un grado mayor menos a la comunidad fundamental a la cual pertenecen. Si esta comunidad fundamental se hace cargo de las desviaciones como una invitación a la reflexión o no lo hace, es una cosa distinta. En ese sentido no coincido con G. Cecchin.
Al mismo tiempo, los terapeutas pueden decir: “Señores! vean Uds. que existen tales y cuales tipos de desviaciones; por favor démonos cuenta de lo que está pasando”.
Entonces, es un llamado de atención al terapeuta para que este haga un llamado de atención a la comunidad.
PS: Es interesante porque para que ese mensaje tenga alguna eficacia tiene que ser recibido por una comunidad que lo pueda interpretar.
HM: No puede ser meramente la intimidad de una relación terapéutica…
PS: En este sentido, el cambio y el aprendizaje que se producen en el vínculo terapéutico requieren ser contextualizados en un marco social más amplio.
HM: EL aprendizaje se da en la convivencia. Yo no hablo de vínculo. La noción de vínculo establece una idea de dependencia. Yo hablo de convivencia. Yo puedo vivir de muchas maneras con otros: puedo estar en el placer, en el encanto, en el deseo de acercamiento, en el deseo de distancia pero eso me está pasando según la movilidad que yo tenga.
Yo pongo a un niño en el colegio y a este niño le van a pasar cosas quieran o no sus profesores, sus amigos; y le van a pasar cosas distintas en cada caso.
Lo que sí necesitan los niños es una relación amorosa para crecer en el respeto por sí mismos. ¿Puede un niño crecer sin respeto por sí mismo? Claro que puede crecer sin respeto por sí mismo, pero va a ser un adulto distinto de aquel que crece con respeto por sí mismo. El que crece con respeto por sí mismo va a crecer también su conciencia social y va a convertirse en un ser adecuadamente integrado.
El otro, va a ser distinto. EL curso de la humanidad puede ir para un lado o para el otro, no está prefijado.
Medios de comunicación y dinámica de la relaciones sociales
PS: Actualmente, los medios de comunicación se han desarrollado de un modo, hasta hace pocos años atrás, inimaginable. ¿Cómo cambian las dinámicas de las relaciones sociales en relación a las nuevas tecnologías?
HM: Depende. No todas las relaciones humanas son relaciones sociales.
Si estas nuevas dimensiones de interacción abren un espacio para el encuentro en el mutuo respeto, amplían las dimensiones de configuración de la dinámica social.
Pero si constituye una apertura de un espacio que no se abre al encuentro del mutuo respeto sino que aparece la posibilidad de la manipulación, el intento de control, por ejemplo, con la propaganda, es una cosa distinta. La propaganda no es un vehículo de comunicación social, es un instrumento de manipulación.
Al mismo tiempo, la mostración de que hay algo es una apertura para la mirada y la reflexión. Entonces, depende de la emoción con la cual se hace. Si yo estoy mostrando con el objeto de seducir de modo que la otra persona consuma un producto mío, estoy haciendo una cosa completamente distinta a si estoy mostrando para que el otro sepa lo que hay y actúe desde su comprensión y desde sí mismo.
Estos sistemas de comunicación, como Internet, van a modificar los espacios de relación, pero va a depender de cómo se usen. Por ejemplo, cuando hace algunos años aparecieron los radioaficionados, con el desarrollo de la radio, la gente se comunicaba, se establecían amistades, se producían una serie de cosas por medio de la cual la gente se comunicaba a través de la radio. Las personas aparecían allí.
En Internet, ¿aparecen las personas? Si aparecen las personas va a ser como en el sistema de los radioaficionados. Si no aparecen las personas, si a Ud. le ponen en Internet cosas que Ud. no quiere, se entrometen en su vida, es otra cosa. Va a aparecer la manipulación, la pornografía. La pornografía no sólo tiene que ver con el sexo, es cualquier actividad humana usada con un criterio manipulativo y comercial.
Si Ud. toma el arte y lo distorsiona para la manipulación y el comercio, lo transforma en pornografía. El problema es que, a esta altura, uno no tiene el control, no puede decir que no porque las cosas se le meten allí.
PS: Desde el nacimiento de los medios, la televisión en sus comienzos, como algo más ingenuo, la radio, hasta las megacorporaciones actuales hay un momento de apertura y luego, una reificación…
HM: Bueno, depende de las tecnologías. Por ejemplo, la radio. Empieza como un sistema de transmisión al mundo, como un árbol que lanza sus semillas, y que el que oye, oye y el que no oye, no oye. Después aparecen los radioaficionados que conversan entre sí. Es otra cosa.
Lo que la televisión lanza al mundo, no es un sistema de encuentro con el otro a través de ella, es un sistema de lanzamiento, como la planta que lanza sus semillas al mundo.
Yo no interactúo con la televisión, no tengo cómo interactuar con ella. Si hay encuentro entre las personas, la nueva tecnología tendrá un carácter distinto a si no lo hay.
Cuando las personas se encuentran aparece la dinámica de la biología del amor. Se encuentran, conversan, se respetan o se rechazan.
Pienso que las tecnologías por sí mismas no hacen nada. Somos los seres humanos los que usamos las tecnologías. El énfasis en las tecnologías es un error, o casi un engaño. Porque uno hace promesas a través de la tecnología que no dependen de ella sino de lo que las personas hacen con la tecnología.
NotasOtros artículos del autor en Perspectivas Sistémicas Nº 2, 3, 31 y 38.
Nos referimos a la entrevista realizada a Gianfranco Cecchin, Publicada en el número 43 de Perspectivas Sistémicas (”Los prejuicios Sistémicos”, también publicada en artículos on line).
El artículo fue publicado en Perspectivas Sistémicas Nº 47 de Julio /Agosto 1997.
1 comentario:
Interesante tema! ..saludos ..
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